De camino a Roncesvalles se encuentra este bonito valle. Es la puerta de entrada por el oeste al Bosque de Irati.
Este pequeño valle está formado por 9 localidades que en total no rebasan los 1000 habitantes. Dedicado tradicionalmente a la ganadería, actualmente esta actividad ha perdido peso en la economía de la zona, aunque todavía se mantienen muchas tradiciones como la elaboración artesanal de queso de oveja. Sus casas también conservan la típica arquitectura pirenaica con paredes de piedra y tejados inclinados. En este valle se pueden encontrar los últimos hórreos bien conservados del pirineo navarro.